Fact-checking (verificación) en un contexto de desorden informativo

Vivimos en una sociedad de comunicación inmediata, estamos hiperconectados los unos a los otros, ya sea por redes sociales o aplicaciones de chat en las que se produce, circula y se consume la información. Según el informe Global Digital Trends se estima que para principios de este año en curso cerca de 4.76 mil millones de personas usan redes sociales, es decir, cerca del 59% de la población mundial consume y tiene acceso a plataformas digitales. Es por la masividad y el consumo mundial, que las redes sociales son el escenario ideal para la transmisión de información.

El desorden informativo agrupa la desinformación, la misinformación  y la malinformación. Cuando la información es usada de forma malintencionada, modifica su contenido, y ataca personas, grupos o gobiernos es  desinformación. Es necesario entender que en medio de una disputa política o una confrontación entre dos personas con alto poder la desinformación, puede provenir de su opositor, para desestabilizar su imagen sobre la gente. Es por esto por lo que es necesario buscar fuentes oficiales, y no caer en las trampas del desorden informativo. 

Frente a este panorama, que no es nuevo, a mediados de los 90 en Estados Unidos aparece Snopes, considerada la primera página dedicada a la recolección y comprobación de información engañosa y problemática. Snopes emerge en el año de 1994, y aunque en sus inicios se dedicaba a la verificación de información basada en leyendas urbanas, rumores y noticias, hoy en día ha evolucionado al punto en que se convirtió en una empresa que realiza actividades de fact-checking (o verificación)

Actualmente el ejercicio de Fact-Checking se ha convertido en un ejercicio periodístico que se dedica a la verificación de datos, hechos o afirmaciones. Un verificador de información es un periodista que asume esta necesidad de transparencia,  y tiene un rol de compromiso con la verdad, una información sana,  transparente y sin interés. 

Ahora bien, así como el papel del fact-checker ha crecido en un contexto de desorden informativo, la visibilidad y el alcance de la información problemática  también lo ha hecho. Las redes sociales y plataformas digitales son espacios críticos para el ejercicio del fact-checking. Redes sociales como Facebook o Twitter (ahora X) parten de un principio de libre expresión, que no necesariamente va de la mano con la verdad. Es ahí donde el verificador aparece. “El periodismo de verificación tiene el reto de articularse con estos espacios donde se propaga la desinformación no como medio o aparato de control sino como medio de confianza para el debate libre e informado”, afirma el investigador Carlos Rodriguez, de la Universidad de Ibagué en su texto “Una reflexión sobre la epistemología del fact-checking journalism: retos y dilemas”.

Desorden informativo en contextos de crisis

Durante la escritura de este texto se completaron 12 días del recrudecimiento del conflicto en la Franja de Gaza y  Palestina ocupada. Las redes sociales, los canales y medios de comunicación se han llenado de información, han tratado de comentar lo que sucede, partiendo desde un momento coyuntural, el día a día, o el origen de este conflicto. En medio de la inmediatez, las agendas políticas y las convicciones tanto de medios como de personas se han difundido varias noticias de las cuales los Facts-checkers se han tomado el tiempo y la tarea de confirmar o desvirtuar. EFE Verifica, el sistema de verificación de información de la agencia EFE ha recogido las noticias que más han generado impacto. 

Inicialmente se habló de que en medio del conflicto, el grupo armado Hamas había secuestrado a 40 niños los cuales después habrían decapitado. Esto fue difundido por cientos de medios y portales de noticias, dada la situación compleja de la zona y lo violento del ataque realizado por Hamás la información inicialmente fue dada como cierta. Sin embargo, con el paso de los días se comprobó que esta información no era cierta, no se conocieron imágenes, ni confirmaciones oficiales de este suceso. 

Esta desinformación comenzó cuando una reportera israelí aseguró haber visto los cuerpos de los menores, luego afirmó que había escuchado esto, sin embargo, nunca lo pudo comprobar. Esto termina siendo un ejemplo de cómo una situación tan compleja y deshumanizante como es la guerra y las confrontaciones bélicas terminan siendo utilizadas para incluso recrudecer más la guerra. 

Así mismo, en el contexto del conflicto que se está viviendo actualmente se ha utilizado información real, pero manipulada totalmente. El día 17 de octubre fue bombardeado un hospital en la Franja de Gaza, se estima que entre las víctimas hay por lo menos 500 personas. La responsabilidad de este atroz acto no ha sido asumida por ninguna de las partes, desde el lado palestino afirman que fue un ataque israelí, mientras que Israel ha entregado tantas versiones que genera confusión y poca solidez en su defensa. Una de las defensas dijo que había sido un cohete del propio Hamas, para esto difundieron un video en que se ve un cohete impactando contra una edificación. Este video circuló en redes, pero igualmente no se pudo determinar si la fecha del video coincide con el suceso, o si era siquiera el hospital que se menciona.

El contexto actual en el que todos juegan un papel, resalta la figura del fact-checker. En este caso, el diario estadounidense de New York Times dirigió todo un equipo de investigación, análisis de video, reporteros e investigadores en desenredar este caso. Si bien esta investigación realizada por el Times no determina quien es el responsable, sino pone a prueba el video más viralizado y logra demostrar que no corresponde al ataque del hospital Al-Ahli.

Iniciativas de fact-checking en Colombia

Por otro lado, entendiendo a los facts-checkers como agentes necesarios en la circulación de información de calidad, podemos reconocer el papel que juegan dentro de los medios de comunicación. Un estudio demostró como desde las agencias de noticias se han intensificado los esfuerzos por generar un contenido más limpio y directo para contrarrestar la desinformación y misinformación en línea. Incluso hay casos de medios de comunicación que han implementado equipos de fact-checkers dentro de sus salas de redacción, por ejemplo, La Silla Vacía en Colombia, quien cumple un papel de comprobación de información sobre todo en coyunturas políticas como debates previos a elecciones regionales o presidenciables y discursos políticos.  

Igualmente, el trabajo de los facts-checkers debe ser visibilizado por los medios de comunicación como una forma de comprometerse con la verdad y la transparencia, por ejemplo al desmentir o al rectificar una noticia. Sumado a esto, las redes sociales, son un espacio de difusión de información. Están las páginas oficiales de los medios, y por otro lado las páginas personales de los usuarios,  que quieren informar. En cualquiera de los dos espacios se pueden presentar casos de desorden informativo que afectan la comunicación. 

Igualmente, en Colombia aparte del caso ya mencionado de La Silla Vacía que asume un rol de fact-checker en contiendas electorales, existe otro proyecto de verificación de hechos y detección de noticias falsas o modificadas. Consejo de Redacción es una asociación de periodistas que fomenta  el periodismo investigativo. De ahí se desprende ColombiaCheck, un proyecto que agrupa a más de 100 periodistas con una plataforma de verificación y comprobación de hechos en el ecosistema de noticias. Este proyecto es financiado por medio de ONGs y algunos donantes de la red, como Facebook y Google.

Desde ColombiaCheck han entendido el fact-checking para la “preservación de la exactitud, transparencia e imparcialidad para salvaguardar la democracia y la responsabilidad ante los públicos”. El trabajo que realizan desde Colombia Check parte de la revisión de una afirmación, a partir de ahí se verifica la procedencia, y se contrasta la información contextualizando, buscando fuentes oficiales y finalmente realizan una clasificación entre si es verdadero, falso o cuestionable. 

Cabe aclarar que ambos portales, La Silla Vacía y ColombiaCheck pertenecen al International Fact-Checking Network, una red internacional que agrupa a los principales verificadores comprometidos con la comprobación y la transparencia de la información. Son cerca de 100 los verificadores agrupados en la IFCN en todo el mundo, y desde el 2015 trabaja en la capacitación de los verificadores. Además, la IFCN es propiedad de Poynter, una escuela de estudios del periodismo, donde recibe gran parte de su financiación, además, de la posibilidad de recibir donaciones por parte de las personas interesadas en trabajar el campo de la desinformación. 

El desafío del desorden informativo

Seguramente alguna vez has escuchado sobre las noticias falsas. ¿Has recibido alguna? Estas son solo una muestra del desorden informativo que nos podemos encontrar en redes sociales y páginas web. Aunque no es la primera vez en la historia en la que nos enfrentamos con rumores, bulos o chismes, las herramientas tecnológicas han contribuido a que fotos, videos o informaciones puedan manipularse y divulgarse rápidamente a escala masiva.

Queremos ahondar en lo que significa e implica el desorden informativo. Y para ello es importante que cuando encontramos contenido falso, manipulado o engañoso pensemos en la intención que tiene. Nos hemos guiado de los tipos de desorden informativo que propone el proyecto First Draft News, el cual fue fundado en 2015 por nueve organizaciones reunidas por Google News Lab para luchar contra la desinformación en línea.

En los ecosistemas mediáticos de los que hacemos parte encontramos los diferentes tipos de desorden informativo, que son:

  • La misinformación o información errónea: es contenido falso, pero pero la persona que la difunde cree que es cierta o no tiene la intención de causar un perjuicio. La podemos encontrar en pies de fotos, fechas, estadísticas, imágenes, traducciones y sátiras que se consideran ciertas.
  • La desinformación: la creación y difusión deliberada de información que se sabe que es falsa. Este contenido se fabrica o manipula con el propósito de crear teorías de la conspiración y rumores. También se crea con intenciones políticas, económicas, de hacer daño a un partido, un estado o una empresa.
  • La información maliciosa o malinformación: información que es verdadera, pero que se difunde para causar daño. Por ejemplo la publicación de información personal y privada que aunque verídica es utilizada para causar un perjuicio.

En el siguiente diagrama podemos ver cómo se entrelazan cada uno de los tipos de desorden informativo según su falsedad e intención de perjudicar. En el extremo de la falsedad está la misinformación, que es falsa, pero sin intención de perjudicar. En el medio está la desinformación que cumple con los criterios de ser falsa o engañosa, pero también de perjudicar. La malinformación se encuentra en el otro extremo con intenciones de manipular.

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Para explicar mejor daremos unos ejemplos relacionados con uno de los momentos en los que recibimos una gran cantidad de información que en el inicio fue difícil de verificar: la pandemia por el COVID-19.

Misinformación o información errónea

¿Cuál era el efecto de las vacunas? ¿De qué variantes nos protegían y de cuáles no? Gustavo Petro, quien ahora es presidente de Colombia publicó en su Twitter que las vacunas que llegaron a Colombia no protegían de la variante Delta. Sustentó su afirmación en declaraciones de Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos. Fauci decía que la variante podía ser transmitida por vacunados y no vacunados, lo cual no es exactamente lo que Petro interpretó: que no protegían.

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Después de recibir críticas se retractó de sus afirmaciones afirmando que las vacunas “Sirven para detener la muerte y la hospitalización. Hay que vacunarse ya”. Este es un ejemplo de cómo un contenido puede contener errores involuntarios y divulgarse para alimentar el desorden informativo en forma de misinformación.

Desinformación

Sobre el efecto de las vacunas encontramos también mucha desinformación. Un ejemplo de contenido manipulado para divulgar rumores fue una imagen que afirmaba que las vacunas cambiaban el color de la sangre al contener grafeno. Mostraba dos bolsas de sangre, una de color más clara y otra de color más oscura que se le atribuía al Banco Sangre Cruz Roja”. Sobre cada bolsa están escritas unas palabras, en la de rojo más claro: “de No vacunados, sin grafeno, donable” y la de color más oscuro la marcaron como “de vacunados, con grafeno, rechazada para donar”.

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Esta imagen que circuló en muchas redes sociales y aplicaciones de mensajería fue desmentida por verificadores, pero seguramente previno a muchas personas de no vacunarse o temer que las vacunas dañaran su cuerpo.

También hubo casos de personas que advertían sobre muertes o el fin de su vida por alertar al mundo sobre los peligros de la vacunación. Un caso que podríamos clasificar como información maliciosa o malinformación es el de Andreas Noack, un alemán, que según se decía en redes sociales fue asesinado después de alertar que las vacunas contra el COVID llevan grafeno. La imagen que circulaba en publicaciones decía “No era óxido de grafeno sino hidróxido de grafeno. Son como pequeñas cuchillas muy afiladas que cortan a las personas desde dentro. Es la conclusión a la que llegó el Dr. en química Andreas Noack, y darlo a conocer le ha costado la vida”.

Efectivamente Noack era un químico alemán, pero se hizo famoso por compartir en YouTube y Telegram vídeos negacionistas sobre la pandemia y las vacunas. Además, la causa de su muerte se atribuyó a una emergencia médica en camino a un hospital. Podemos ver que esta información privada se sacó de contexto para generar desconfianza sobre las vacunas y así evitar que la gente se las aplicara.

Con los ejemplos anteriores podemos observar como el desorden informativo se genera con intenciones que parten desde la falsedad, ya sea involuntaria, hasta la intención de perjudicar para manipular.

Las categorías del desorden informativo

Para ahondar un poco más, en los tipos de desorden informativo explicaremos siete categorías de misinformación y desinformación. Esta tipología es útil para evitar  llamar a toda la información problemática “noticias falsas”. Como veremos hay un espectro de intencionalidad, de bajo a alto daño, donde se ubican las diferentes categorías.

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  • La sátira o parodia puede ser detectada por las primeras personas que interactúan con ella, pero cuando comienza a compartirse, se olvida su conexión y origen y puede pasar por información creíble. La sátira busca ridiculizar, avergonzar o humillar a una persona por medio de la risa. Pero es importante que el público la reconozca, pues puede ser entendida superficialmente.
  • La conexión falsa se atribuye a las prácticas que sacan de tono o contexto los titulares o imágenes. Sabemos que no todo el mundo entra a leer las noticias o artículos y así se comienza a generar desorden de la información.
  • El contenido engañoso tiene el problema de que no se trata de información falsa o verdadera, sino que está llena de matices por el contexto u omisión de información. Cada vez se vuelve menos inofensivo por la cantidad de información que se produce y la imposibilidad de desmentirla.
  • El contexto falso es información verdadera, no manipulada, con una intención determinada pero que se comparte con una totalmente diferente. Podemos encontrarla en declaraciones o videos antiguos que se traen para explicar o exponer algo de la actualidad.
  • El contenido impostor se caracteriza por engañar con determinados referentes que tenemos alojados ya en nuestro cerebro. Es contenido falso o engañoso que usa logos conocidos, noticias o periodistas con reconocimiento.
  • El contenido manipulado altera la información de algo verídico. Con las inteligencias artificiales y herramientas digitales es cada vez más fácil de elaborar.
  • El contenido fabricado es por completo falso. Utiliza imágenes, titulares o descripciones para fabricar rumores.

¿Por qué existe el desorden informativo?

El desorden informativo es un problema complejo que afecta a las sociedades contemporáneas, cuyos efectos, causas y dinámicas están siendo investigado desde múltiples disciplinas. Guallar y otros investigadores han estudiado los medios de comunicación, redes sociales y servicios de mensajería para observar en qué temáticas esta más extendida la falta de rigurosidad informativa. Las temáticas de desinformación halladas fueron política, ciencia y salud, impactos económicos y medio ambiente en formatos de narraciones, memes, sitios web e identidades inventadas, imágenes y videos alterados o descontextualizados.

De acuerdo con con Altay, Beriche y Acerbi las personas leen y comparten en redes sociales desinformación para socializar, para expresar escepticismo, indignación o enojo, para señalar la pertenencia a un grupo, o simplemente para divertirse. Siguiendo a Wagner y Boczkowski, estos investigadores afirman que este comportamiento “muestra formas de negociación y resignificación de contenido falso”. Según estos investigadores las creencias erróneas son una racionalización de actitudes preexistentes como la desconfianza hacia las instituciones.

El desorden informativo  puede estar ligado a problemas socioeconómicos y psicológicos más profundos. Su estudio y seguimiento no solamente es responsabilidad de las instituciones o medios de comunicación. Los públicos y audiencias también debe ser críticos de la información que consumen y difunden. Vivimos en un constante desorden informativo y reconocer su existencia puede ayudarnos a no sucumbir en él. Un primer paso es entender las diferentes tipologías de información problemática que hacen parte del desorden informativo.

Referencias

  • Altay, S., Berriche, M., & Acerbi, A. (2023). Misinformation on misinformation: Conceptual and methodological challenges. Social Media+ Society, 9(1), 20563051221150412.
  • Guallar, J,. Codina, L., Freixa, P. & Pérez-Montoro, M. (2020). Desinformación, bulos, curación y verificación. Revisión de estudios en Iberoamérica 2017- 2020. TELOS: Revista de Estudios Interdisciplinarios en Ciencias Sociales, 22(3). 595-613.

Talleres exploratorios Edupolis: Semillero interuniversitario para la formación de política y digital

EDUPOLIS es una iniciativa conjunta del Centro para la Educación Política (CEP) y el Centro de Internet y Sociedad de la Universidad del Rosario (ISUR). Nos proponemos fomentar la educación política, tanto a nivel individual como colectivo, en la Universidad Nacional de Colombia (sede Bogotá) y la Universidad del Rosario.

Esta iniciativa concentra sus esfuerzos en fortalecer la participación ciudadana y promover el bienestar en los campus de ambas universidades, centrándose en dos temas críticos de la era post-COVID-19: la protesta social y la salud mental.

Fase 1:

Talleres exploratorios

En noviembre de 2023, llevaremos a cabo dos talleres exploratorios en cada universidad, centrándonos en los ejes temáticos de protesta social y salud mental. Estos talleres tienen como objetivo identificar las necesidades, problemáticas y expectativas de los estudiantes. La información recopilada en estos talleres serán los insumos fundamentales para diseñar una ruta específica de formación y aprendizaje, y para constituir el semillero de investigación.

 

          Universidad Nacional de Colombia

9 y 23 de noviembre 2023

Universidad del Rosario

    17 y 28 de noviembre 2023

¿Qué exploraremos en los talleres?

Salud Mental

UNAL: 9 de noviembre, 4:30 – 6:30 pm

Aula Viva, al lado de los Invernaderos de Agronomía

U. Rosario: 17 de noviembre, 4:30 – 6:30 pm

Claustro, Sala de Audiencias, Fac. de Jurisprudencia

Este taller se enfoca en explorar los pensamientos, sentimientos y acciones que impactan el bienestar de la comunidad universitaria.

Abordaremos temas como ansiedad, miedo, problemas de sueño o alimentación relacionados con la vida estudiantil. También examinaremos el uso de alimentos, bebidas y otras sustancias para afrontar la carga académica, así como la sensación de ser violentado/a, minimizado/a o acomplejado/a por comentarios sobre la corporalidad.

FORMULARIO DE INSCRIPCIÓN

 

Protesta Social

UNAL: 23 de noviembre, 4:30 – 6:30 pm

Aula Viva, al lado de los Invernaderos de Agronomía

U. Rosario: 28 de noviembre, 9:00 – 11:30 am

Claustro, Casur, salón 606

Este taller tiene como objetivo identificar los vacíos y desafíos que pueden existir para que los ciudadanos/as participen en las decisiones que afectan nuestra gobernanza.

Exploraremos la manera de llegar a acuerdos con diversas perspectivas, cómo dar visibilidad a las voces marginadas, y lograr que la mayoría se sienta representada. También abordaremos la importancia de escucharnos mutuamente.

FORMULARIO DE INSCRIPCIÓN

 

Una iniciativa de ISUR y el Centro para la Educación Política.

Para mas información visita: https://centroisur.co/semillero-interuniversitario-para-la-educacion-politica-y-digital-edupolis/