Nuestra esencial vulnerabilidad, tanto física como psicológica, se ha incrementado radical y desigualmente por la pandemia del COVID-19. Esta idea, sencilla de entender y repetir, tiene sin embargo un enorme potencial filosófico, que fácilmente puede pasarse por alto. Si nos permitimos encarar nuestra vulnerabilidad y reconocer cómo ésta se encuentra articulada institucional y tecnológicamente, el universo de preguntas que podemos abrir para nuestra reflexión e investigación es insondable.
Autor: BCaycedo
Doctor en filosofía de la Universidad de Ámsterdam. Magíster en Filosofía de la Universidad de los Andes, Filósofo de la Pontificia Universidad Javeriana. Actualmente es profesor del Departamento de Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana.
Su tesis doctoral, Updating Civil Disobedience: Whistleblowing, Anonymous Hacktivism, and Academic Piracy, investiga cómo nuevas prácticas de desobediencia civil a través de internet cuestionan concepciones filosóficas tradicionales sobre esta forma de protesta. Como investigador asociado a ISUR, su trabajo se enfoca en los efectos sociales y políticos para la democracia de la digitalización y la dataficación.