La tecnología, los servicios de consultoría, la educación, la logística y el consumo responsable son las áreas principales en las que se mueven los actores del ecosistema local de innovación de Bogotá. En este artículo detallamos algunas diferencias y orientaciones entre el emprendimiento y el emprendimiento social.
Serie Jóvenes e Innovación Social Digital (artículo 5 de 8)
Por Luis García.
En nuestro último artículo presentamos un mapeo del ecosistema de innovación social de Bogotá que formó parte del proyecto “Jóvenes e Innovación Social Digital”. Para elaborar el diagrama diseñamos una base de datos con 339 actores a los que agrupamos en nueve categorías: emprendimientos, emprendimientos sociales, organismos de soporte, medios de comunicación, agentes culturales, entidades de gobierno, organismos de financiamiento, promotores de capital humano y mercados. En este post mostraremos otra dimensión del mapa. Esta vez enfocaremos el análisis en las orientaciones de los servicios que ofrecen los emprendimientos y emprendimientos sociales.
En nuestro proyecto, la orientación es una categoría cualitativa que agrupa varios aspectos sobre la misión y objetivos de los emprendimientos. Esta categoría nos permite comprender, por ejemplo, la identidad económica y cultural de cada elemento de la base de datos, lo que muchas veces tiene que ver con el sector en el que estos trabajan (tecnología, comercio electrónico, inmobiliarias, etcétera) o con la naturaleza del servicio prestado (consultoría, servicios industriales, seguridad, entre otros). No obstante, debido a que nuestra base de datos también comprende 52 emprendimientos sociales, tuvimos en cuenta que esta clase de iniciativas suele ir más allá de las clasificaciones económicas tradicionales. Una característica importante de los emprendimientos sociales, apuntan los teóricos, es su rol en el activismo social. El emprendimiento social se distingue por el problema que quiere solucionar. De ahí que hayamos identificado también orientaciones relacionadas con movimientos y narrativas sociales o con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre estas categorías tenemos, por ejemplo, a la atención a las poblaciones vulnerables, el enfoque de género, los derechos humanos y la paz.
Para asignar las orientaciones en la base de datos revisamos los contenidos escritos y audiovisuales disponibles en las páginas web y las redes sociales de cada uno de los elementos. Por lo general, la información más relevante estaba contenida en las descripciones que los propios actores identificados consignaron en la web. Asignadas estas etiquetas a los 339 elementos de la base de datos, obtuvimos 35 tipos de orientaciones. Las más numerosas fueron “tecnología” (111 elementos), “consultoría” (54), “educación” (29), “logística” (28) y “consumo responsable” (26).
Comparando el emprendimiento y el emprendimiento social
Para simplificar el análisis, en el gráfico que presentamos a continuación visualizamos las orientaciones asignadas a solo dos tipos de actores de la base de datos: emprendimientos y emprendimientos sociales. Como se advierte, la muestra de emprendimientos convencionales (216 elementos) es cuatro veces más grande que la de emprendimientos sociales (52 elementos). Pero esa no es la única diferencia. Nuestro diagrama –elaborado con la herramienta de visualización Gephi– indica que los emprendimientos convencionales (puntos naranjas) son mucho más comunes en las orientaciones relacionadas con la tecnología, la consultoría, la logística, el comercio electrónico, el sector Fintech y de crédito así como en el rubro de seguridad. ¿Qué elementos están agrupados en estas orientaciones? Ahí tenemos, por ejemplo, a empresas de base tecnológica como Datup que aplica inteligencia artificial, Big Data, machine learning y ciencia de datos para la optimización de los procesos industriales. O también están representadas varias startups dedicadas al creciente sector fintech como Agrapp, que conecta a los agricultores colombianos con personas interesadas en invertir en el sector.
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Lo que tienen en común estas iniciativas –y por lo cual fueron consideradas en nuestra base de datos– es que actualmente están expandiendo el horizonte de innovación tecnológica del país. Se trata de empresas que hacen un uso avanzado de herramientas digitales. Poseen la capacidad de construir y mantener sus propias plataformas y aplicaciones móviles, trabajan de forma remota y utilizan computación en la nube y, en muchos casos, están afiliadas a redes de apoyo a las startups como Colombia Fintech.
En contraste, los elementos que fueron catalogados como emprendimientos sociales en nuestra base de datos no se caracterizan por tener una orientación meramente tecnológica. Como muestra la parte superior del diagrama, los emprendimientos sociales (puntos azules) están más presentes en las orientaciones relacionadas con la educación, el enfoque de género, la atención hacia las poblaciones vulnerables, la moda y los derechos humanos. Asimismo, otros sectores en los que hay varios emprendimientos sociales son el reciclaje, el medioambiente y el consumo responsable. Para visualizar y entender mejor las relaciones entres estos 52 elementos, elaboramos el siguiente mapa.
Lupa sobre el emprendimiento social
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La orientación que agrupa a la mayor cantidad de emprendimientos sociales en nuestra base de datos es el reciclaje (10 actores de 52) lo cual refleja una priorización de temas ambientales, y de economía sostenible y circular. Tenemos en esta categoría iniciativas como Recupera tu silla, una fundación que recolecta mobiliario que está a punto de ser enviado a basurales y lo somete a procesos de recuperación. Luego, esta fundación destina los productos reciclados a comunidades vulnerables colombianas. Otro ejemplo del sector reciclaje es Boxlife, un emprendimiento social que recolecta tapabocas usados, los desinfecta con radiación y los transforma en nuevos artefactos como materas. Boxlife es un caso destacable de innovación social surgido a partir de la pandemia del COVID-19. Esta cumple un rol activista y ha creado una comunidad virtual de más de 4 mil seguidores en Instagram.
Otras orientaciones detectadas en nuestra base de datos son la atención a poblaciones vulnerables (10 actores), la educación (9 actores), el consumo responsable (8 actores) y el enfoque de género (7 actores). Entre estos actores está la Fundación para la Equidad Educativa (FEE), un organismo no gubernamental que ofrece servicios de innovación educativa y recolecta donaciones (como computadoras) para colegios en tres ciudades colombianas: Tunja, Arcabuco y Apulo. La FEE fue fundada por Nicolás Ruiz, un joven filósofo y educador quien compartió en el 2021 su experiencia como emprendedor social en una entrevista con nuestro proyecto de investigación.
En los próximos artículos, revisaremos algunos casos particulares de emprendimientos que nos permitirán sugerir cómo los jóvenes se apoyan en tecnologías digitales para sacar adelante proyectos de innovación social en el país.