Juan David Aristizábal, CEO de ProTalento: “No quisiera que los jóvenes latinoamericanos aspiráramos a ser los albañiles del código”

Orientada por el enfoque del emprendimiento social, ProTalento es una aceleradora de carreras digitales y tecnológicas que busca mejorar la empleabilidad de los jóvenes latinoamericanos. Su director ejecutivo y cofundador, Juan David Aristizábal, resalta que en la economía digital las ‘habilidades blandas’ son tan importantes como las competencias técnicas.

 

Serie Jóvenes e Innovación Social Digital (artículo 6 de 8)

Por Luis García.

 

 

En mayo del 2021, cuando Juan David Aristizábal fue entrevistado para el proyecto Jóvenes e Innovación Social Digital, ProTalento, el emprendimiento del cual es cofundador y director ejecutivo, tenía menos de un año en el mercado. El proyecto había nacido en octubre del 2022, durante los meses más duros de la pandemia del COVID-19. Su objetivo, inspirado por el enfoque del emprendimiento social, era afrontar un problema álgido en la región y que se había agravado con la emergencia sanitaria: el desempleo que perjudica a los latinoamericanos, sobre todo a los más jóvenes. Para solucionar esta situación, ProTalento empezó a ofrecer programas de capacitación que integraban especializaciones tecnológicas, cursos para dominar el inglés y habilidades socioemocionales orientadas hacia la empleabilidad. Hoy, a dos años de su creación en Bogotá, este emprendimiento ya se ha expandido a México y mejorado las competencias de más de 800 jóvenes.

 

La estrategia de ProTalento para mejorar la empleabilidad juvenil funciona en ciclos. En primer lugar, el emprendimiento hace un sondeo con las principales empresas del país para averiguar qué perfiles de trabajadores necesitan y qué habilidades técnicas serán las más requeridas en el corto y mediano plano. Consultado acerca de estas competencias necesarias para salir adelante en la economía digital, Aristizábal señaló que hoy las compañías demandan expertos en tres áreas: desarrollo web y de aplicaciones, ciencia de datos y diseño de experiencia de usuario. Además, en los últimos meses ProTalento ha añadido a su oferta cursos sobre los lenguajes de programación JavaScript y Python. Fuera de eso, Aristizábal también considera una competencia esencial el dominio del inglés por lo que la instrucción en esta lengua también forma parte de sus servicios.

 

Luego, una vez que se ha definido el programa de especialización tecnológica, ProTalento lanza convocatorias para detectar en el mercado a “talentos” de entre 16 a 30 años que requieran capacitación y financiamiento. Finalmente, cuando el estudiante ya ha adquirido nuevas habilidades, sale al mercado y obtiene un empleo, este paga –en cuotas y con un porcentaje de su sueldo– el financiamiento que recibió y contribuye así a la sostenibilidad de nuevos postulantes. Según Aristizábal, ProTalento delega la capacitación de los estudiantes a otras instituciones [como la academia de programación Coding Dojo o la escuela de tecnología DEV.F] con las que se acordaron previamente alianzas o convenios. Asimismo, la empresa tiene otras líneas de financiamiento para garantizar su propia sostenibilidad como el dictado de conferencias, las asesorías a empresas y, primordialmente, los fondos de inversionistas de capital.

 

El apoyo de inversionistas extranjeros ha sido importante para el despegue de ProTalento debido a la falta de estímulos locales. Juan David Aristizábal, de 33 años y nacido en Pereira (Risaralda), considera que el ecosistema de emprendimiento en Bogotá “es aún muy frágil”. El emprendedor lamentó que la burocracia y la abundancia de registros resten tiempo y dinero a los innovadores colombianos. En la entrevista, Aristizábal valoró positivamente el trabajo de la agencia gubernamental ProColombia que se encarga de promover la inversión extranjera en el país y también reconoció el trabajo de ciertas alcaldías que ayudaron a su emprendimiento a contactar con jóvenes ansiosos de capacitación. “Yo creo que es importante [para el ecosistema de emprendimiento e innovación] quitar la burocracia innecesaria y ofrecer más acceso a capital semilla”, resumió.

 

Énfasis en las habilidades socioemocionales

 

Pese a que ProTalento es un emprendimiento que se concentra en la formación tecnológica, Juan David Aristizábal enfatizó la importancia de las habilidades socioemocionales para mejorar la empleabilidad de los jóvenes latinoamericanos. Al respecto, dio dos razones. En primer lugar, señaló, el empleo en un entorno cada vez más digital depende no solo de las competencias individuales de los trabajadores, sino de su flexibilidad y predisposición a la comunicación en red. “[Un joven] puede ser un muy buen desarrollador, pero si al final no trabaja en equipo, no es resiliente y no está automotivado, probablemente salga de ese trabajo”, apuntó el emprendedor quien también es conferencista, docente de liderazgo y socio de Ashoka-Knight.

 

El segundo motivo para enfatizar las habilidades socioemocionales en el entorno digital tiene que ver con la obsolescencia de las tecnologías y, en particular, del software. Planteándolo como una pregunta: ¿de qué sirve aprender un lenguaje de programación si en menos de cinco años este podría quedar en desuso y ser reemplazado por otro? Aristizábal cree que lo esencial hoy es contar con una alfabetización digital básica [manejar procesadores de texto, hojas de cálculo o plataformas de videoconferencias, por ejemplo] y estar al tanto de las tendencias digitales.

 

El emprendedor destacó, por ejemplo, el impacto del movimiento No Code que busca que cualquier persona pueda crear aplicaciones, programas y páginas web sin saber programación. “Lo clave es no ver a las tecnologías como un fin, sino como un medio. (…) No quisiera que nuestro mensaje sea de que la única forma de progresar sea siendo científico de datos o desarrollador web. Yo creo, más bien, que en diez años el movimiento No Code va a ser muy importante en el mundo. Y yo no quisiera que los jóvenes latinoamericanos aspiráramos a ser los albañiles del código”, dijo Aristizábal quien resaltó la importancia de la educación enfocada en la solución de problemas sociales y la integración del arte y las humanidades en la economía digital.